domingo, 14 de febrero de 2016

Zurich Chess Challenge 2016: primera víctima




No es habitual ver una miniatura en un torneo de ajedrez de élite. Tampoco se suelen celebrar dos rondas en un día ni la proporción de victorias suele igualar a la de tablas. Está claro que este año el Zurich Chess Challenge no es un torneo al uso. Las dos rondas celebradas en el primer día de competición no han dejado ninguna duda. Lo que sí que nos han dejado es un líder, Vishy Anand, que ganó las dos partidas, y una víctima, Levon Aronian, que perdió estrepitosamente en menos de 20 jugadas.

Aronian cayó derrotado en 19 jugadas contra Anand (Foto: David Llada)
Aronian cayó derrotado en 19 jugadas contra Anand (Foto: David Llada)

Vishy Anand con dos victorias, frente Aronian y Giri, queda líder en solitario perseguido por Hikaru Nakamura  que consiguió imponerse contra Alexei Shirov mientras que entablaba con Anish Giri. Los dos, tanto Anand como Nakamura, son jugadores a que se encuentran cómodos con los ritmos rápidos de juego impuestos por el Zurich Chess Challenge. Son los primeros que se han adaptado, porque este ritmo impuesto en Zurich, 40 minutos para toda la partida más 10 segundos de incremento por jugada, necesita adaptación.

Anand lidera el Zurich Chess Challenge 2016 tras dos rondas (Foto: David Llada)
Anand lidera el Zurich Chess Challenge 2016 tras dos rondas (Foto: David Llada)
Los jugadores están descolocados. No es una partida blitz, ni rápida, ni clásica. Es otra cosa. Con suficiente tiempo para pensar, pero no demasiado, los jugadores tienen que arriesgar y eso se traduce en partidas diferentes, con ritmo, intensas. Aunque también propicia errores como los que ayer cometió Levon Aronian que fueron contundentemente castigados por Vishy Anand. La partida quedó resuelta en 19, sí, sí, 19 jugadas y mate a la siguiente. Hacía años que no se veía esto en un torneo de élite. 






Y tengo que reconocer que me gusta. Podemos entrar en el interminable debate de espectáculo frente a calidad pero, a mí, lo que vimos ayer en Zurich me gustó. Para seguir una partida de ajedrez es necesario un cierto ritmo. Un ritmo que se rompe cuando un jugador dedica 20 minutos a reflexionar sobre una jugada como ocurre con el ajedrez clásico. Por otra parte, en una partida rápida las jugadas se suceden a una velocidad excesiva para poder ser asimiladas por el ajedrecista medio y la calidad cae en picado.

Si ciertamente, la virtud está en el término medio, es muy posible que en Zurich Chess Challenge 2016 hayan dado con la clave del ajedrez del futuro. 

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